miércoles, 18 de agosto de 2010

Enfermedades

ENFERMEDADES


Catarros o resfriados


El resfriado o catarro es una infección del aparato respiratorio, principalmente de las vías respiratorias altas, es decir de la nariz, y puede tener diversas causas.

Puede afectar a cualquier especie, pero son especialmente sensibles a esta infección unas especies más que otras, como la Geochelone Pardalis (tortuga leopardo) o la Testudo Graeca Graeca.

Puede ocurrir en cualquier época del año, es difícil de detectar en las primeras fases de la infección, y las tortugas afectadas suelen recaer, a pesar de someterlas a tratamiento.

Si un animal ha sido infectado, puede, y de hecho lo hace con frecuencia, convertirse en un transmisor de la infección. Aún no mostrando ningún síntoma, puede infectar a cualquier tortuga que esté en contacto con ella, por lo que se recomienda que una vez detectado se aísle al animal enfermo para evitar contagios y se observe bien la evolución de las demás tortugas que hayan podido estar en contacto.

Es más común cuando se tienen muchas tortugas juntas, y además de distintas especies, y puede extenderse extraordinariamente rápido si no se toman medidas adecuadas.

Si el resfriado no se atiende, puede llegar a afectar a las vías respiratorias bajas, pulmones, y evolucionar para convertirse en rinitis, neumonía aguda o crónica e, incluso, acabar con la vida del animal enfermo.

Los factores mas comunes que pueden desencadenar que una tortuga desarrolle una infección del aparato respiratorio pueden ser un entorno polvoriento (el polvo puede irritar las membranas que provocan la mucosidad), cuerpos extraños alojados en la nariz, humedad o temperatura inadecuadas (por lo general excesos de humedad y bajadas bruscas de temperatura), falta de luz solar, que las tortugas permanezcan en una zona con hierba húmeda constante (césped) y sin acceso a zonas con tierra o arena, masificación, malnutrición y estrés. Cualquier tipo de cambio en su modo de vida habitual puede generar un estrés y que desemboque en unresfriado.


Síntomas:

Es común que el resfriado comience por la aparición de mucosidad que la propia tortuga expulsa por la nariz. Al principio suele parecer que la tortuga hace “pompas”, y más tarde la oiremos como se “suena”, es decir, expulsará con fuerza el aire por la nariz y aparecerá la mucosidad, en principio líquida y transparente. Esto suelen hacerlo cuando las vías respiratorias ya están atascadas y les puede impedir respirar correctamente. Podremos observar una respiración agitada, incluso oiremos ruidos derivados de una fosa nasal atascada. En este estado aparentemente el animal seguirá haciendo vida normal los primeros cuatro o cinco días, comerá y estará activo, aunque empezaremos a observar que tendrá mayor dificultad para comer (más que nada porque le cuesta respirar correctamente por la nariz y se cansará antes de comer). Notaremos que si antes solía comer todo lo que le ponemos de una sentada, ahora comerá en varias sesiones dejando pasar al menos unos minutos entre toma y toma.

Los ojos aparecerán como hinchados y llorosos, y a menudo la veremos limpiarse la cara, ojos y nariz, con las patas delanteras.

Si el catarro se complica la tortuga comenzará a comer menos, incluso dejará de comer, se volverá menos activa, podrán vérsele constantemente las vías respiratorias emanando mucosidad y ya no tan transparente, en algunos casos incluso de apariencia espesa y con tonalidades blancuzcas o verdosas denotando una fuerteinfección. Notaremos que la tortuga comienza a respirar por la boca, la mantendrá muy a menudo semiabierta, y le costará mucho respirar debido al gran atasco nasal, incluso hará esfuerzos con todo el cuerpo, que acompañará en movimientos a la respiración, sobre todo con las patas delanteras y la cabeza.

El animal al dejar de comer se debilitará muy deprisa y le bajarán rápidamente las defensas, pudiendo contraer enfermedades más graves o evolucionar a otras y afectar a pulmones u otros órganos vitales.


Prevención

Una dieta equilibrada es la base fundamental para mantener la tortuga en buenas condiciones; a las tortugas les encanta, al igual que a los humanos, la "comida basura". Si se les alimenta de forma continua con la típica comida que siempre está a mano en una cocina (lechuga, tomate....), se les hace mucho daño, aún a pesar de que aparentemente disfruten comiéndolo.

La tortuga puede estar tomando el sol, comiendo, durmiendo, aparentando estar sana, cuando en realidad su salud se está deteriorando, hasta llegar a un punto en que las cosas empiezan a empeorar de forma radical. Esta tortuga tiene más posibilidades de morir cuando enferma que otra que tiene una alimentación adecuada.

Una tortuga que está mal nutrida no tiene protección contra enfermedades, no tiene defensas para hacer frente a "agentes invasores", y normalmente se verá afectada por cualquierinfección por poco importante que ésta sea. La alimentación correcta debe estar basada en una amplia variedad de alimentos, entre los que deberemos considerar los que encontramos en el supermercado (escarola, canónigos, berros, hojas de apio, champiñones, berenjena, calabaza, calabacín, tomate, lechuga, col, zanahoria, algo de fruta, …), los que podemos obtener del jardín o de nuestras plantas (césped, grama, palas de chumbera, flor de rosal o hibisco, plantas crasas, …) y, fundamente lo que podemos obtener del campo (malva, diente de león, trébol, jaramagos, borraja, alfalfa silvestre, …)

Hay que tener especial cuidado al incorporar una nueva tortuga a la "colección". Un período de cuarentena y observación mínimo puede ser de 1 a 6 meses, ya quela tortuga puede estar afectada por alguna enfermedad (aunque no muestre síntomas de ello), y ser por tanto un agente de contagio.

Otro aspecto importante es evitarle a la tortuga el estrés; niños, perros u otros animales que molesten a la tortuga, excesivo número de tortugas juntas, agresión de otras tortugas.... El estrés produce cambios bioquímicos en el animal, entre ellos la producción de esteroides que por períodos suprimen el sistema inmunodefensivo. Los animales afectados por el estrés tienen más probabilidades de sucumbir ante algunainfección que los que no están afectados. El estrés es casi imposible de detectar hasta que es demasiado tarde, y puede afectar a la salud general del animal a largo plazo.

Hay que evitar los refugios en zonas húmedas, y proporcionar a la tortuga un lugar seco y abrigado para que pase la noche. Debe estar con un suelo seco, mejor si esta aislado del suelo o tiene algún material aislante del frío y la humedad, y provisto de calefacción para los días en los que bajen demasiado las temperaturas. También hay que considerar orientar la entrada del refugio de manera que se eliminen las posibles corrientes de aire.

Hay que evitar cambios bruscos de temperatura o que el animal no esté a la temperatura adecuada según requiera la especie. Lo mejor es dotar al sistema de calefacción de un temporizador, o mejor aún de un termostato, de manera que se ponga en funcionamiento al menor cambio detemperatura.

Un aspecto más importante para prevenir el resfriado es no permitir el contacto entre animales infectados o de diferentes especies que requieran medio ambientes distintos. También hay que considerar que animales de áreas diferentes pueden tener diferentes formas de defenderse de agentes patógenos; un organismo que puede ser inofensivo para una especie puede ser letal para otra, e incluso ser portadores de una enfermedad que no les afecta y contagiarla a otras especies que sean muy sensibles a ella.


Tratamiento

Primero hay que comprobar que no haya alojado en las fosas nasales ningún cuerpo extraño como una semilla de alguna hierba, un trozo de planta, arenilla, ...Si se encuentra algo debe ser retirado de forma inmediata y la zona lavarla y, en su caso, desinfectarla. Si el cuerpo extraño no es el culpable, debe tomarse una muestra de la mucosidad en algodón esterilizado y llevarla a un veterinario para que la analice. El resultado de este análisis dirá qué organismo es el causante de lainfección , y qué medicación, comúnmente algún antibiótico, resultará más efectivo contra él. Esto es lo más importante, ya que es imposible que un solo medicamento funcione contra todos los posibles microbios.

Es importante comprobar el estado del hábitat del animal, aislarlo de los demás y comprobar si hay deterioros en las instalaciones que deban subsanarse lo antes posible. Es recomendable limpiar las instalaciones y renovar los sustratos regularmente, e imprescindible cambiar el agua de beber varias veces al día.

En infecciones leves, el tratamiento consiste en unas gotas de antibiótico administradas directamente en las fosas nasales una vez al día. Primeramente hay que limpiar la nariz del animal con una toallita de papel, por ejemplo, y así retirar el máximo de mucosidad posible. Después se introduce una vez al día una gota de antibiótico en cada orificio de la nariz, usando para ello una jeringuilla (sin aguja), mientras se mantiene a la tortuga en posición vertical para asegurarse de que la medicina llega hasta el fondo de la cavidad nasal. Hay veterinarios que prefieren que este primer tratamiento sea por vía oral, y, en principio, según vaya evolucionando el resfriado, que no superen cinco o seis días de tratamiento.

Ayuda bastante si le proporcionamos al animal uno o dos baños diarios en agua templada, donde hayamos añadido infusiones de manzanilla, equinacea o tomillo. Siempre cuidando que el animal no se enfríe y secarlo bien para que no se quede mojado. Si dispone normalmente de un recipiente en el que el animal suela bañarse dentro de su recinto o terrario, se recomienda retirarlo por unos días y recurrir a baños calientes como se indica, así evitaremos que ingiera agua sucia, le dé frío o permanezca mojado si se baña cuando no estemos pendientes de él.

Respecto al uso de antibióticos, hay que tener en cuenta que algunas tortugas (las pardales, por ejemplo) pueden se alérgicas a determinados tipos de antibióticos, por lo que es recomendable acudir a un especialista en animales exóticos y reptiles.

Nunca debe usarse cortisona, puesto que afecta negativamente al sistema inmunológico del animal.

Aunque el tratamiento funcione, hay que recordar que las condiciones que causaron inicialmente la infección (estrés, malnutrición, exceso de humedad, bajas temperaturas,..) pueden persistir, y hay que corregirlas para evitar recaídas.

Puede suceder que el tratamiento no surja efectos, ya que hay infecciones complicadas; puede haber más de un organismo implicado, o puede tratarse de una neumonía crónica, por lo que es recomendable el seguimiento por parte de un veterinario especialista.

Hay que consultar al veterinario, pues puede ser necesario proceder a inyectar antibióticos, sondar al animal para que ingiera alimentos, o no se deshidrate,….

Sobre todo hay que tener mucha paciencia, el proceso metabólico de las tortugas es lento.

Suele ayudar bastante que se aumente por unos días la temperatura del terrario y que no se realicen cambios con bajadas de temperatura nocturnas, intentando mantenerla constante entre 27-30 grados. Es muy importante mantener al animal a una temperatura elevada durante el tratamiento, porque esto acelera el metabolismo y la asimilación de la medicación, y además estimulará el sistema inmunológico.

También hay que considerar que la medicación puede afectar a otros órganos, sobre todo el hígado y los riñones, o puede acumularse en el organismo de la tortuga hasta alcanzar niveles tóxicos, por lo que no deben extenderse los tratamientos más allá de los días y dosis indicados por el especialista.

Es muy importante la hidratación del animal; si la tortuga no bebe puede ayudar humedecer un poco el alimento, los baños ayudan a su hidratación vía anal y a través de la piel; si esto no es suficiente se puede forzar al animal a beber agua intentándosela dar nosotros mismos ayudados de una jeringa (sin aguja), e incluso sustituir en estos casos el agua por suero. En casos más extremos se debe sondar al animal o se le pueden suministrar fluidos (p.ej. suero) mediante inyección subcutánea (esto debe hacerlo un veterinario). Algunas medicinas afectan el sistema renal, y pueden producirse fallos renales si la hidratación no se mantiene.

El resfriado en una tortuga no debe compararse con el resfriado en una persona, y pensar que se curará con el tiempo. El tratamiento es esencial, lo antes posible.

Mientras más tiempo se deje pasar, peor, y si no se actúa rápido la tortuga puede morir.

Hay que inspeccionar periódicamente la nariz, y a la primera muestra de mucosidad, hablar con un experto.

Los cuidados hay que continuarlos durante una o dos semanas más aunque los síntomas hayan desaparecido para evitar recaídas.

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